Tras las agujas del reloj
“¡Dios mío, tarde, tarde! ¡Qué voy a llegar tarde!” ¿Quién no se ha sentido alguna vez como el Conejo Blancode Alicia en el país de las Maravillas corriendo sin aliento
“¡Dios mío, tarde, tarde! ¡Qué voy a llegar tarde!” ¿Quién no se ha sentido alguna vez como el Conejo Blancode Alicia en el país de las Maravillas corriendo sin aliento
Inesperado. Incómodo. Inseguro. Imprevisible. Impopular. Ineludible. A veces indeseado; pero siempre, constante, retador, regenerador y necesario. Así es el cambio en nuestra vida, y es más, la propia vida es
Tomar el camino correcto, a veces, no es una tarea fácil. Debemos buscar información suficiente; considerar los pros y los contras; los beneficios y perjuicios para nosotros o para terceros
¿No te parece que en ocasiones decir “no” a algo o a alguien se nos hace lo más difícil del mundo? Parece como si una fuerza superior nos obligase a
“Noventa y ocho, noventa y nueve y cien. Y quién no se haya escondido, tiempo ha tenido”. ¿Recuerdas cuando te ocultabas tras los árboles para que no te encontraran? Nadie
Aún recuerdo aquella escena de Toy Story en la que Woody el vaquero le recuerda al astronauta Buzz Lightyear que no puede volar. A pesar de ello, nuestro hombre del
Imagino que estarás de acuerdo conmigo cuando digo que los seguidores de la doctrina de “lo perfecto” son perfeccionistas, es decir, aquellos que siguen la tendencia a mejorar incansablemente un
“A todos nos gusta ganar, pero unas veces se gana y otras se pierde”. O eso es lo que la gente nos dice (o nos decimos) cuando perdemos, tratando de
Ayer por la tarde en una agradable conversación entre compañeros, surgió la cuestión acerca de cuál era la diferencia entre las huellas y las cicatrices que a veces resultan de
Temor, alegría, angustia, esperanza, desasosiego… Cada vez que pensaba en ti. No podía evitar que esos sentimientos contradictorios se enredasen en mi cabeza y me provocasen dudas y más dudas