Cómo despertar tu voz saludable
Imagina un juez despiadado e implacable cuestionándote constantemente en cualquier ámbito de la vida. Piensa en ese discurso incesante repasando cada uno de los errores, fallos y defectos que pareces tener con un tono amenazante o despectivo mientras dicta sentencia sobre tu pasado, condenando tu presente y haciendo prisionero a tu futuro. Ante la dureza y escasa empatía de tal personaje, intuyo que con el paso del tiempo las dudas acerca de tu desempeño comenzarán a aparecer y tu autoestima empezará a verse seriamente afectada por el camino.
Ahora imagina que esa voz proviene de ti. Cuando te propones afrontar un nuevo reto, decides dar un giro a tu vida o lograr alguna de tus metas, aparece para boicotear cualquier intento que escape a su control; porque precisamente es esa falta de control la que despierta a la “bestia”. Controlar con el miedo, la vergüenza y la culpa son sus principales armas para conseguir a toda costa una supuesta protección. ¿Protegernos de qué o de quién? Según sus leyes, necesitas estar a salvo de lo desconocido, lo novedoso, lo cambiante, lo incierto, porque estas situaciones suponen un peligro y desatan una sensación desagradable que te quiere evitar a toda costa. Sin embargo, aunque es muy probable que no exista en realidad tal peligro, logra paralizarte haciendo que pongas en entredicho tu capacidad o incluso, tu valía como ser humano. ¡Bienvenido/a al autoengaño! No se trata de falta de competencia ni de valor personal, esto va sobre todo de temores infundados por nosotros o por otros, convicciones que nos llevan a aceptar que desafiarnos puede matarnos de miedo a fracasar, a ser rechazado/a, a equivocarnos, porque ya se sabe… La curiosidad mató al gato.
Pues bien, te propongo cinco claves que te ayudarán a romper esos férreos barrotes que te limitan, claves básicas para aprender cómo despertar tu voz saludable, liberarla y liderar tu vida; es tu derecho.
#Clave 1: Tomar consciencia de lo que sientes te será de utilidad para profundizar y descubrir tus verdaderos sentimientos. En ocasiones, la emoción central está oculta bajo otra secundaria que te impide ver con claridad qué es lo verdaderamente importante para ti. Pregúntate si eso que sientes es primordial o en el fondo hay algo más; trabaja sobre esto último.
#Clave 2: Examinar el mensaje y el tono del autodiálogo que utilizas te permitirá elegir otras formas alternativas, más positivas y amables de comunicarte contigo mismo/a desde tus fortalezas. Pon el foco en la sabiduría que proporcionan los errores, así como, en experiencias pasadas de superación.
#Clave 3: Detectar la necesidad que tienes por cubrir te permitirá movilizar tus recursos personales para resolverla. Indagar sobre qué es lo que necesitas o cómo puedes contribuir a satisfacer aquello que está tratando de revelarse, te servirá para encontrar soluciones que te devuelvan el equilibrio y la serenidad.
#Clave 4: Si tu voz enjuiciadora hace que te sientas poco valioso/a, fracasado/a, o bien, hace surgir en ti un sentimiento de fragilidad, inseguridad o incapacidad, urge comprobar y reajustar tu autopercepción; esa visión que has creado sobre ti mismo/a. ¿Reconoces en esa voz a alguien de referencia para ti emitiendo un juicio negativo en el pasado que tú has asumido, no como su opinión personal, sino como una verdad absoluta que ha contribuido a crear la imagen que tienes hoy de tu persona? Transforma ese discurso, simula que se lo estás dirigiendo a tu mejor amiga/o y seguro que se tornará increíblemente cordial.
#Clave 5: Este reaprendizaje lleva su tiempo, así que sé paciente con tu propio cambio. Permítete decidir, actuar, experimentar, acertar, equivocarte, corregir el error, pedir disculpas si es oportuno, sacar tus conclusiones y volverlo a intentar sin fustigarte. ¿Has pensado cómo sería tu vida si durmieses a tu juez y despertases a tu guía?